La transición hacia vehículos eléctricos y tecnologías limpias de movilidad representa un cambio significativo para la industria automotriz y la logística global. Específicamente en México, este proceso ofrece tanto oportunidades como desafíos que deben ser abordados de manera estratégica, de acuerdo con especialistas.
Javier Valadez, director de Operaciones de PACCAR México, destacó que la descarbonización abarca más que la electrificación, incluyendo tecnologías como motores a gas natural e hidrógeno.
Durante su participación en el Automotive Logistics & Supply Chain Mexico, subrayó que el éxito de la transición depende en gran medida de la logística, ya que diferentes modelos de negocio requieren soluciones específicas para descarbonizar sus operaciones.
Por su parte, Juan Cerdeira, CEO de SEV México, señaló que la transición a la movilidad eléctrica es inevitable y que su compañía se centra en el desarrollo de un ecosistema integral, desde la fabricación de paneles solares hasta el ensamblaje de baterías y vehículos.
“El cliente mexicano, como cualquier otro, busca el mejor retorno de inversión cuando invierten en energías limpias”, comentó.
También destacó que la estandarización de información y componentes será crucial en los próximos años para optimizar costos y procesos en la cadena de suministro.
Retos logísticos
Christian Moser, Global Solutions Manager e-Mobility en DB Schenker, señaló que las cadenas de suministro deben ser resilientes y flexibles, especialmente en el contexto de la producción de vehículos eléctricos.
“La cadena de suministro de baterías es crítica, ya que es el componente más caro y esencial para la producción de vehículos eléctricos”, afirmó.
Agregó que debido a la falta de estándares globales en su almacenamiento y transporte, aumentan los costos y complejidades, particularmente en el transporte terrestre y aéreo.
En este sentido, David D’Anunnzio, vicepresidente Global de DP World, abordó otro aspecto logístico crucial: el transporte de vehículos eléctricos en contenedores.
El especialista señaló que, aunque los vehículos eléctricos son más pesados que los vehículos tradicionales, el uso de sistemas de racking especializados puede reducir costos de transporte.
Además, subrayó la importancia de garantizar niveles adecuados de carga en las baterías durante el transporte, ya que cualquier falla podría causar retrasos.
D’Anunnzio también anticipó que la adopción de baterías de estado sólido, esperada entre 2026 y 2030, transformará significativamente la industria.